Hola, mi nombre es Aitor, soy fotógrafo profesional y culo inquieto. A mí mismo me llamo “vagamundo” por mis ganas de aventuras y de viajar.
@aitorsusa
Cuando viajo siempre saco un montón de fotos de los sitios a los que voy y cuando vuelvo la gente siempre me hace la misma pregunta: Tú que eres fotógrafo… ¿por qué cuando viajas no te llevas tus réflex grandes y potentes contigo? Y siempre les respondo, que aparte de guardar ese equipo para uso exclusivo profesional, he aprendido que con el paso de las horas uno aprende a valorar cada gramo de peso de menos sobre sus hombros.
Mi cuerpo de cámara y su objetivo ronda exactamente los 1,76 kg ¿decirme si no es como para pensárselo a la hora de viajar por ahí y llevarla colgada del cuello?
Por eso hace unos años me puse a peinar el mercado en busca de una cámara para poder viajar con ella y captar esos momentos de ocio sin exceder el peso en los embarques de avión entre cámaras y equipaje. Una cámara pequeña pero interesante y con un gran angular u ojo de pez, ya que me gusta captar todo el ambiente posible que me rodea ya que considero que no hay mejor forma que sumergir al espectador en el entorno que con un buen gran angular envolvente. Así que buscando y buscando ¡VOILAAÁ! Apareció ante mi pantalla la opción de Gopro.
Gracias a todo este tema de Gopro conocí a Miriam, me contó que cada año organizaba quedadas fotográficas deportivo – culturales y me invitó a asistir a uno de sus Carmofest. No me lo pensé dos veces y me recorrí la península de norte a sur para estar en una de las mejores quedadas que uno puede hacer en un fin de semana si lo que te gusta es sacar fotos, hacer deporte y conocer gente.
Y desde el Carmofest hasta Italia, Marruecos o Bélgica siempre con mi inseparable Gopro y con los diferentes gadgets que me he ido comprando, como el bucal; ideal para escenas de primera persona, o el mítico “three way”. Un 2×1 que sirve como soporte palo Selfie y para colocar la Gopro en el suelo para fotografías nocturnas, por ejemplo. Todo esto ha hecho que me ahorre el tener que disponer de un trípode reduciendo así el peso y ganando espacio en la mochila.
Sin desmerecer las otras cámaras del mercado espero haberos hecho reflexionar de lo buena opción que son las cámaras deportivas en este sentido (no solo para el uso de deportes extremos) y lo bien que me ha funcionado a mí, que he conseguido las imágenes que siempre he querido ya que mi mejor zoom con la Gopro siempre han sido dar varios pasos para adelante.
Que volvamos a vernos y recordar: ¡O movimiento ê vida!